Publicado originalmente en la revista Réfractions, nº 25 , otoño de 2010.
Traducción del francés de Claudia M. Hernández Guzmán y Diego Paredes Goicochea
El sujeto de la acción revolucionaria
Eduardo Colombo
« Tutto ci? che sostengo è che l’esistenza di una volontà capace di produire effeti nuovi […] è un presupposto necesario per chi sostiene la posibilità di transformare la società. »
Errico Malatesta
La anarquía vendrá si los hombres, las mujeres y los hombres, lo quieren. En una revolución, “tanto para la creación como para la destrucción, la intervención de la voluntad humana es indispensable”, pensaba Malatesta. ¿Quién puede ser el agente capaz de tal voluntad?
“Es el pueblo que actúa para sí mismo y por sí mismo”, decía Marx refiriéndose a la Comuna de París. Bajo las cenizas de la insurrección duramente reprimida, quedaban vivos los gérmenes de futuras revoluciones. Seguramente otros insurgentes vendrán a asumir la tarea. Friedrich Engels ya los nombraba: “Realizar este acto liberador del mundo, he ahí la misión histórica del proletariado moderno.”
Un atributo y dos modalidades del “sujeto revolucionario” se desprenden de los párrafos citados: éste debe ser un sujeto humano agente causal de la acción, pero puede o bien presentarse en acto, real y actuante en una situación dada, o bien, puede ser postulado como una figura ficticia que tendrá que encarnarse y actuar en el momento apropiado.
Bakunin precisaba “… en la Revolución social, diametralmente opuesta, en este como en todos los demás casos, a la Revolución política, la acción de los individuos era casi nula y la acción espontánea de las masas debía ser todo. Todo lo que los individuos pueden hacer es elaborar, aclarar y propagar las ideas correspondientes al instinto popular y, además, contribuir, por medio de sus incesantes esfuerzos, a la organización revolucionaria del poder natural de las masas, pero nada más allá; y todo lo demás sólo debe y puede ser realizado por el pueblo mismo.”
El sujeto de la acción revolucionaria es, evidentemente, un sujeto colectivo. Sin embargo, todo lo que puede ser nombrado como “el pueblo”, “el proletariado”, “las masas”, en el flujo monótono de los días - bajo el yugo del trabajo asalariado y del control del Estado -, sólo es un conjunto más bien conformista y apático, de gente sumisa y resignada, atravesado por la infinita multiplicidad y diversidad de los intereses reales, de aspiraciones y voluntades en conflicto. Esto no impide que, como lo pensaba Camilo Berneri, si no hay “masas revolucionarias” hay situaciones revolucionarias en las cuales las masas son una enorme palanca.
Aparte de estos momentos privilegiados de la historia que son las revoluciones, en toda sociedad la mayoría es, por definición, conformista, lo que no excluye que una minoría de rebeldes, más o menos aislados, más o menos dispersos, no intente movilizar al conjunto. El problema es, entonces, saber qué relación puede existir entre la subjetividad del agente individual y la acción de un sujeto colectivo.
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http://www.cilep.net/traduccion%20colombo.pdf
CILEP - Centro di investigacion libertaria y educacion popular (Colombia)